Envíalo.

Sus labios se curvaron, sus ojos oscuros y afectuosos a la vez.

—Una siesta de dos días.

—Y ya estoy despierta. No lo desperdicies preocupándote.

Bajó la voz, sus labios rozando el lóbulo de mi oreja.

—Eres imposible.

—Y tú —dije, inclinándome ligeramente hacia él—, amas eso de mí.

Él no discu...

Login to Unlock ChaptersPromotion