Quédate.

Ella comía en silencio, pero yo la observaba como un halcón. Cada bocado que tomaba se sentía como una maldita victoria. La chica que sangró por mí, que me acosó, que irrumpió en mi casa muchas veces y me preparó comida, dejó balas y lápiz labial en mis almohadas, que mató por mí. Ahora, usando mi c...

Login to Unlock ChaptersPromotion