Tengo un hijo y pepitas.

El camino hacia la ciudad es ruidoso en el mejor de los sentidos. La lluvia rociando el parabrisas, Sage medio vuelta en el asiento trasero, mostrando a Diego cómo el humo del juguete sale como el aliento de un dragón mientras Naomi se ríe suavemente a su lado. El niño se ríe, sus pequeñas manos cub...

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