Rosa Forense

El equipo recibió a una nueva recluta, una chica pequeña y delicada que parecía que un soplo de viento podría derribarla. Kelvin no tenía interés en jugar a las casitas con ella y la instó a transferirse. Ella le respondió que si no estaba hecha para ser forense, entonces él no estaba hecho para ser policía.
Sienna tenía una lengua afilada y era muy ingeniosa, a menudo dejándolo sin palabras. Kelvin pensaba que solo hablaba mucho, convencido de que el equipo se desmoronaría con ella alrededor.
Inesperadamente, Sienna, cubierta de sangre, se acercó con el corazón de la víctima y le dijo a Kevin, quien casi vomitó:
—Oye, graba esto.
Para su mayor vergüenza, Sienna era una buena luchadora, obligándolo a retroceder por miedo. Kelvin había pensado que ella solo era una ratón de biblioteca que solo sabía hacer autopsias, ¡pero resultó estar llena de trucos!
Cuando le preguntaron si Sienna debía ser transferida, Kelvin declaró:
—¡Si ella se va, yo también!