Capítulo 26

Ella sonrió. Suave. Desgarradora. —Eres aburrido.

La agarré de la cintura de nuevo. —Y tú eres imposible.

Se puso de puntillas, rozando sus labios con los míos. —¿Y ahora qué, soldado?

Sus labios eran suaves. Demasiado suaves. Sus dedos eran gentiles, como si no solo me estuviera tocando, sino conoc...

Login to Unlock ChaptersPromotion