CAPÍTULO 119: LO QUE NO PUEDO PERDER

Valeria

Los días vuelven a tener forma. Respiro sin contar, duermo dos o tres horas seguidas, como cosas tibias y dulces que Rosa me trae en bandejas con mantelitos ridículos. El jardín entra por las ventanas con olor a buganvilias, y la casa se siente menos como un museo y más como un cuerpo que v...

Login to Unlock ChaptersPromotion