CapĂtulo 1.
Con el corazĂłn pesado, Tessa Romano caminaba por la calle llena de casas ricas y lujosas, por supuesto, la mayorĂa eran mansiones y no estaba sorprendida, ya que no esperaba menos de los propietarios que vivĂan en la costosa urbanizaciĂłn.
SentĂa una punzada de celos dentro de ella, habĂa perdido su casa por la hipoteca despuĂ©s de que su padre falleciera hace unos meses, no estaba tan bien cuidada como las que estaba mirando, pero seguĂa siendo su hogar. Ahora, el banco iba a demolerla junto con algunas otras casas en su antiguo vecindario para dar paso a un centro comercial para los niños ricos.
Ahora, mientras arrastraba su maleta por la carretera, se recordaba a sĂ misma que despuĂ©s de la tormenta viene la calma, algo que su padre siempre solĂa decir, estas palabras las guardaba cerca de su corazĂłn en tiempos de angustia. Aunque nunca fueron ricos, su papá estaba bien educado y se asegurĂł de que ella tambiĂ©n recibiera su propia educaciĂłn hasta ahora. En este momento era una estudiante de Ăşltimo año de secundaria, pero tuvo que detenerse cuando su papá muriĂł para recomponer su vida, pero fracasĂł miserablemente en hacerlo.
No entendĂa cĂłmo habĂa sucedido, ÂżcĂłmo pudo perder la casa que su padre se habĂa esforzado tanto en comprar? DecidiĂł desde entonces que odiaba a O'Connell Banks and Enterprises con cada fibra de su ser, aunque en ese momento estaba caminando por la urbanizaciĂłn propiedad del mismo Andrew O'Connell.
Ese hombre habĂa construido una urbanizaciĂłn despuĂ©s de sabotear conscientemente las vidas y la felicidad de otras personas. SabĂa que estaba muy amargada y resentida por cĂłmo su banco habĂa destruido su vida tan voluntariamente y la habĂa obligado a vivir con una mujer a la que no habĂa visto en años.
DeteniĂ©ndose frente a una enorme puerta, presionĂł un timbre y esperĂł a que alguien respondiera, se estaba impacientando cuando el intercomunicador se encendiĂł, lo que significaba que habĂa alguien en el puesto de seguridad, aunque los alrededores estaban inquietantemente silenciosos.
—Residencia O'Connell, Âżen quĂ© puedo ayudarle? —la voz profunda habĂa hablado a travĂ©s del dispositivo.
—Estoy aquĂ para ver a Bethel Agrest, ella mencionĂł que vendrĂa hoy, Âżverdad? —tuvo que preguntar, Âżera posible que la mujer hubiera olvidado su llegada? Bueno, no se habrĂa sorprendido ya que la mujer la habĂa abandonado para vivir como la jefa de servicio en la casa de los O'Connell.
—¿Tessa Romano? Pase adelante —despuĂ©s de que se pronunciaron las palabras, la puerta se deslizĂł inmediatamente, permitiĂ©ndole entrar en la residencia cerrada. Estaba a punto de pasar por el puesto de seguridad cuando un hombre apuesto de unos veintitantos años saliĂł vistiendo un uniforme de guardia, se veĂa increĂblemente sexy en Ă©l, pero sabĂa que era demasiado mayor para ella.
—¿Está bien encontrando su camino hacia la mansiĂłn principal o necesita un mapa? —le preguntĂł. Su mandĂbula se cayĂł, Âżun mapa? ÂżEra este lugar realmente tan grande?
—EstarĂ© bien, gracias señor... —se quedĂł en silencio al darse cuenta de que ni siquiera sabĂa su nombre.
—Llámame Andy o Drew, cualquiera está bien —dijo con una sonrisa amigable.
—Ok, entonces, gracias Andy —preferĂa Andy a Drew porque sonaba más amigable y menos masculino como Ă©l realmente era. DespuĂ©s de un asentimiento, Ă©l volviĂł a su puesto y ella comenzĂł a encaminarse hacia el edificio principal.
DespuĂ©s de treinta minutos caminando en cĂrculos, lamentĂł no haber tomado el mapa, no pensĂł que serĂa tan difĂcil llegar, pero este lugar era enorme y se habĂa perdido una milla atrás. Estaba a punto de rendirse cuando escuchĂł el sonido de un motor acelerando a lo lejos, y en segundos, el coche de lujo estaba justo a su lado. No sabĂa quĂ© marca era el coche, pero sabĂa que era de alta gama y caro.
Pero eso no fue lo que hizo que su mandĂbula cayera, fue el dios que estaba dentro del coche. Este extraño tenĂa el cuerpo de un dios y una sonrisa que podrĂa hacer que cualquier chica dejara caer sus bragas al suelo, sus ojos azules brillaban intensamente y la capturaron en segundos.
—Hola, hermosa, Âżquieres subir? —él sonriĂł con suficiencia al ver su reacciĂłn a su belleza. SabĂa que era atractivo y no era de los que no se jactaban de ello. Le encantaba todo de sĂ mismo y tener dinero era solo un bono para su apariencia maravillosa. Incluso ella no pudo evitar sonrojarse cuando Ă©l la llamĂł hermosa. Le habĂan dicho eso antes muchos chicos, pero este se destacaba. ÂżEra la forma en que lo dijo? ÂżEra porque acababa de encabezar la lista de los chicos más guapos que habĂa visto? ÂżEra porque era visiblemente rico?
Inmediatamente descartĂł ese pensamiento de su mente, nunca habĂa sido de las que se atraĂan por el dinero de una persona, no era una cazafortunas y estaba segura de eso.
QuerĂa subirse al coche con el chico atractivo de inmediato, pero Ă©l seguĂa siendo un extraño, ¡PELIGRO EXTRAĂ‘O! RecordĂł lo que todo padre responsable le decĂa a sus hijos cuando eran pequeños, nunca sigas a un extraño.
—Gracias por la oferta, pero no —dijo dulcemente, tal vez si era calmada y lo más dulce posible, Ă©l la dejarĂa ir si realmente era un secuestrador.
Su sonrisa se torciĂł ligeramente, nunca antes lo habĂan rechazado, era nuevo que una chica le dijera las dos temidas letras, —¿Por quĂ©? —dijo ligeramente molesto, no le gustaba esa palabra y ella la habĂa usado con Ă©l. ÂżNO? ¡QuĂ© absurdo!
—Porque eres un extraño —se encogió de hombros y él soltó una risa con humor mezclado con alivio interior. Estaba feliz de que su encanto no hubiera desaparecido, pero esta chica era simplemente consciente, aunque era inteligente y muy linda.
—Ok entonces. Soy Alex, pero tĂş, querida, puedes llamarme zaddy —sonriĂł con su propio chiste sexual mientras ella se sonrojaba diez tonos más oscuros. —¿Y cuál es tu nombre, cariño? —ahora sabĂa que Ă©l estaba tratando de convertirla en un tomate blando con los cumplidos excesivos.
—Tessa —rió, con los ojos en el suelo como si sus zapatillas desgastadas fueran lo más interesante de ver.
—Bueno, Tessa, lindo nombre por cierto —hizo una pausa para guiñarle un ojo en medio de su frase, lo que hizo que su corazĂłn se acelerara—. Si planeas llegar a la casa principal antes del atardecer, será mejor que subas, porque, con esas piernas cortas pero condenadamente sexys, tienes un largo camino por recorrer. Esta vez, no pudo aceptar el cumplido y comenzĂł a frotarse los muslos para obtener algo de fricciĂłn entre sus piernas. Por supuesto, Ă©l notĂł esto y su mente se volviĂł loca, ella era tan atractiva y realmente querĂa acostarse con ella en ese momento, pero dudaba que ella quisiera eso.
Dado que se dio cuenta de que Ă©l iba hacia el mismo lugar al que ella se dirigĂa y estaba tan perdida como un ciervo en los faros, decidiĂł subirse al primer coche de lujo en el que habĂa montado. HabĂa una gran diferencia entre estos asientos y los del autobĂşs. El coche olĂa a su colonia y no pudo evitar saborear el dulce aroma.
